Resumen
Al poco tiempo de su llegada a las provincias de Sonora y Sinaloa, el visitador José de Gálvez fue presa de una enfermedad que en un principio se juzgó que era malaria. El caso fue que, además de las intensas fiebres que por momentos hicieron temer por la vida del visitador, éste terminó por sufrir también un ostensible desquiciamiento mental. En este artículo, el autor procura establecer las circunstancias políticas que hicieron que una contingencia personal, como era en principio la enfermedad de Gálvez, fuera manejada en distintos niveles como asunto del interés del Estado.