Resumen
En el conjunto de la economía mexicana colonial, el comercio de exportación-importación desempeñó un papel primordial en tanto que fue la actividad que más fácil y perennemente permitió la formación de capitales particulares, que financiaron, por medio del crédito y el avío, las actividades productivas de la Nueva España. Para los comerciantes mexicanos dedicados al comercio de exportación, las posibilidades de inversión y beneficio no se limitaron a los intercambios con la península. El comercio con otras colonias y, de manera particular , el establecido con Filipinas desde finales del siglo XVI, constituyeron por sí mismos opciones provechosas.